Tailandia también ha puesto fin al principio territorial para los residentes fiscales bajo la presión de la OCDE. Todos los que permanezcan en el país más de 180 días deben ahora pagar también impuestos por sus ingresos en el extranjero. Se cierra así la laguna fiscal por la que los beneficios de una empresa extranjera podían importarse en el año siguiente de ganancias. Por tanto, sigue siendo aconsejable vivir más como nómada digital o viajero perpetuo y no activar la residencia fiscal. Los ingresos mundiales seguirán sin tributar a menos que se introduzca, pero el objetivo parece ser más un principio de no-dominación. Queda por ver, por supuesto, cómo las futuras decisiones causarán más dificultades y con qué rigor se aplicarán. Sin embargo, desde nuestro punto de vista, siempre es aconsejable prestar atención a las posibles consecuencias.